lunes, 24 de septiembre de 2007

La nueva era del tren bala


Este tren, el más rápido del mundo y llamado popularmente “bala”, conecta a 18 ciudades de Taiwán y ha iniciado una nueva era en esa nación asiática

Por Rafael Pineda / El Caribe Domingo 28 de enero del 2007

El tren bala, considerado uno de los proyectos más grandes emprendidos en Taiwán, inició sus operaciones exitosamente, con un recorrido de 345 kilómetros desde Taipei hasta Kaohsiung, de extremo norte a extremo sur de la isla.

Fue para mí una inolvidable experiencia tomar el tren a las siete de la mañana en su estación matriz de Bancio y hacer la ruta a través de praderas y montañas, ver desde su interior los campos cubiertos por árboles verdes y flores multicolores y a una velocidad jamás imaginada alcanzar a ver los reflejos de las autopistas luminosas.

Confieso que me gustan los trenes, por lo que fue particularmente emocionante hacer este viaje inaugural de una de las obras más portentosas concebida por el hombre. Para hacer este primer itinerario del tren bala llegaron personas de Japón, de la China Continental, Corea, Polonia y otros países, atraídos por la curiosidad.

Muchos residentes de Taipei hicieron el viaje solo para llegar a Kaohsiung a tomar un desayuno y regresar en el próximo tren. Había que vivir la experiencia y ser parte de esta maravillosa historia de la comunicación por rieles.

La construcción de esta obra, durante siete años, estuvo a cargo del consorcio de capital privado Taiwán Shinkansen Corp. La fórmula usada fue la denominada “construcción-operación-transferencia”, en la que se establece que la compañía constructora lo administrará durante 35 años, para luego pasar a control del gobierno.

Los sistemas de comunicación internos fueron construidos por una prestigiosa compañía norteamericana que fabrica teléfonos celulares.

Lo demás es de tecnología japonesa.
Se dio a conocer a los pasajeros que el operador de este primer viaje es un francés, Patrick Poulenas quien, junto a 39 de sus compatriotas y 13 alemanas, se encargarán de conducir las naves durante los primeros 18 meses. Luego entregarán esa responsabilidad a los pilotos de Taiwán.

Los datos aportados por la compañía de tren de alta velocidad indican que alrededor de 30 mil personas usaron el servicio de los 19 trenes, de 12 vagones cada uno, que viajaron en ambas direcciones este día inaugural. Calculan que en adelante viajarán 300 mil personas por día.

Los que hicimos este primer viaje de 345 kilómetros y 90 minutos hasta Kaohsiung, quedamos impresionados con esta nave diseñada por los japoneses siguiendo el modelo del tren bala de ese país, el Shinkansen, que alcanza, como este, una velocidad de 300 kilómetros por hora.

Cuando uno entra y ve la señalización, electrificación, la comodidad de los asientos y los sistemas de control, siente como si estuviera en el inicio de un viaje hacia los confines del espacio, en una nave extraterrestre.

Rafael Pineda es escritor y diplomático

domingo, 23 de septiembre de 2007

El legado de un gran río


Con sus 400 años de historia, danshui es la puerta de la cultura y de la economía de Taipei, el lugar por donde llegan los inmigrantes de China Continental
Por Rafael Pineda / El Caribe Domingo 31 de diciembre del 2006

Danshui es una pequeña localidad del distrito de Taipei County, a 30 minutos de la capital, en el metro. Sus características principales son que está a la orilla y al final de un ancho río y que ha desarrollado ampliamente la industria del turismo.

Es un pueblo de pescadores, y al otro lado le queda la que parece una isla, pero no es, el poblado de Bali, adonde se llega montado en un barco que siempre navega en la dirección del viento.

Tiene un espacioso río despejado de obstáculos pero colmado de visitantes. En su proximidad proliferan las tiendas de artesanía china, y se ven los pescadores saliendo del agua a vender mariscos frescos, crudos o cocinados.

Todos los dí¬as se llena de gente procedente de lejanos lugares que llega a disfrutar de la fresca brisa del ancho río y del hermoso paisaje.

El barco Shun Feng transporta al visitante a la cercana Bali, que se divisa desde esta orilla, y al cruzar, nos saluda un gran arco cubriendo el llamado puente de los amantes, famoso en Taiwán porque se organizan sobre su plataforma bodas y, según nos contaron, aquí¬ se han casado políticos, funcionarios, y desde sencillos trabajadores taiwaneses hasta personas adineradas y afamadas celebridades del arte del Sudeste Asiático.

Bali es como una mesopotamia en el lejano oriente; en su río, bordeado de hermosas construcciones, elevados, peatonales de madera, figuras escultóricas y arquitectónicas, se sitúan los retratistas de las plazas públicas: pintores que le hacen un retrato al más feo y al más bonito, y por seis dólares lo pintan tal como es, sin quitarle ni ponerle, en serio o en caricatura.

Con sus cuatrocientos años de historia, Danshui es la puerta de la cultura y de la economí¬a de Taipei, es el lugar por donde llegan los inmigrantes de la China continental y es el puerto que abría la entrada de los negocios internacionales a Taiwan.

Disfrutar a orillas del río Danshui, hacerse un retrato y disfrutar a plenitud la brisa de su libertad son experiencias verdaderamente increíbles.
Cada vez que visito este pueblo recuerdo al ingeniero Sinecio Ramírez y su sueño de construir un mirador en la ribera del río San Juan.

Rafael Pineda es escritor

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Publican en Taiwán libro sobre Cabral y la Batalla de Santomé

HISTORIA


El libro El General Cabral y la Guerra Patria-Santomé 1855 ha llamado la atención de estudiantes de lengua española, intelectuales, profesores y miembros del cuerpo diplomático que estuvieron presentes en el acto de lanzamiento.

Por Ho Fei-wang /

TAIPEI, Taiwán.- El diplomático y escritor dominicano Rafael Pineda, puso en circulación el libro El General Cabral y la Guerra Patria-Santomé 1855, en un acto celebrado en el Instituto Diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores.


El libro fue presentado por el académico español José Ramón Álvarez, lingüista y traductor, profesor de literatura de la Universidad Católica Fu-Jen.



Álvarez expresó que la obra destaca la vida de uno de los personajes más importantes de la historia dominicana, y que también recoge detalles rápidos sobre episodios que resultan de interés, especialmente para aquellos que, como en su caso, por primera vez entran en contacto con la historia dominicana.

Este libro, que narra como un joven estudiante de comercio en Inglaterra se embarca para su país al conocer la noticia del inicio de la lucha por la independencia, integrándose al ejército, alcanzando el grado de general y luego convertirse en presidente de la República por dos ocasiones, debe servir para que los estudiantes de español de las universidades de Taiwán y de otros países orientales, se familiaricen con la cultura y los episodios de las luchas pasadas de una región hispanoamericana, la del Caribe insular.

El libro profundiza en la vida de José María Cabral, incluye una amplia iconografía con retratos hechos por el arquitecto Rafael Morillo, brinda pormenores que el autor considera inéditos de la Batalla de Santomé, analiza los caracteres conductuales del general que fuera declarado héroe nacional.

También, el Senado de la República le otorgó La Espada del Honor, libre a la nación dominicana de quedar nueva vez bajo el yugo haitiano, ocupó la presidencia en dos ocasiones y es considerado un ejemplo de militar y de político verticalmente honrado.

También habló el embajador dominicano, Víctor Sánchez, resaltando las tradicionales relaciones de amistad entre los dos países, que han cumplido sesenta años sin ninguna interrupción.


Rafael Pineda agradeció las atenciones que le dispensaron la vicepresidenta de la República de China, Annette Lu, el Ministro de Relaciones Exteriores, James C. F. Huang, y el vicecanciller, Hou Chin San, quienes le enviaron mensajes de felicitación y canastas de flores. Resaltó que el lanzamiento del libro coincide con la próxima celebración el 22 de diciembre, del 151 aniversario de La Batalla de Santomé, como un homenaje a su país, a José María Cabral, y a su pueblo San Juan de la Maguana.

El director general del Departamento de Centro y Sudamérica, Simon Ko, afirmó que ese evento rompe las barreras de la distancia, de los idiomas, consolida la amistad entre los dos países, y despeja el camino para que se amplíen los intercambios académicos y culturales entre Taiwán y la República Dominicana.

El libro El General Cabral y la Guerra Patria-Santomé 1855 ha llamado la atención de estudiantes de lengua española, intelectuales, profesores y miembros del cuerpo diplomático que estuvieron presentes en el acto de lanzamiento.

martes, 18 de septiembre de 2007

LAS MARIPOSAS DE SAN JUAN, VISION POETICA DE LA CIUDAD



Sobieski De León

Al tomar en nuestras manos el poemario "Las Mariposas de San Juan" nos damos cuenta de inmediato de un claro mensaje semiótico que anuncia una doble intencionalidad en el poeta sanjuanero Rafael Pineda: Que las mariposas de San Juan, no han muerto -pues revolotean entre sus páginas, y que ellas existen trasmutadas bajo formas femeninas gracias a una permanencia dialéctica de muerte-vida. En otras palabras, que las mariposas de San Juan, son y no son las mariposas de San Juan, sino la hermosa mujer sanjuanera -la sanjuanera mujer-, crisálida multiplicante de los días de Junio. Las mariposas de San Juan, son las reinas de Junio. Y al revés, las reinas de Junio, son las mariposas de San Juan.

Hace ya mucho tiempo, el poeta Pineda, tenía en el Arco de Triunfo de su corazón un sueño alado y un amor que se le escapaba cada año y se posaba en una portentosa mariposa coronada, cuya sonrisa, lo invitaba a olvidar la nostalgia. Entonces se aferraba al recuerdo y le decía:
“! No te irás!"

Para que no se fuera la inocencia y la alegría de los niños de la ciudad persiguiendo gusanos que volaban, ni mucho menos la belleza de una flor expuesta en la ventana, que no era flor, sino mujer saludando la mañana; ni se fueran los surcos cargado del verde crecimiento alimentario, ni las lluvias, que eran torrenciales júbilos de felicidad compartida, ni las historias que nos contaran de pequeños, ni los ríos, que bajaban resueltos cantando su canción de cosecha y abundancia; ni los hombres permanentemente doblados sobre el surco de una dócil tierra; ni se fuera el paisaje abarrotado de montanas y nubes por doquier; y además, para que no olvidáramos como nació San Juan de la nada, y más aún, de los callos laboriosos de nuestros tercos e impetuosos predecesores; ni olvidar como nacimos los hijos de San Juan, cuando nuestros padres se robaban a nuestras madres mozas por el marco de las ventanas, y a caballo, iban regando sus gérmenes por los senderos de todo el valle hasta convertirlos en sangre germinada que se hacia mártir 0 héroe, empuñando una bandera o un fusil igual daba para hacer la patria en sus comienzos, hasta que el profeta Liborio y El Bautista, fueran uno y no murieran. Y quedara sembrado para siempre un ejemplo de dignidad campesina, urbana y sanjuanera.

Y para que la cigua, siguiera cantando, y el madame sagá se alegrara con su canto; y el picaflor estuviera zumbando el néctar de su flor; y el carpintero tamborileara la palmera con su instrumental pico a ritmo de bongó y de atabales.

Para que eternamente desfilara ante el palco de nuestra alma la sanjuanera mujer, convertida en reina como nuestra madre primigenia, y recorriera las calles de nuestro corazón con toda libertad e independencia, y nos hiciera más fácil el corto o largo sendero de la muerte.

Por eso, y para eso, nació el poemario "Las Mariposas de San Juan". Sospecho que el poeta se llenará de orgullo cuando sepa que alguien repetirá con él, en una coincidencia existencial:

" ... Hoy vi una flor
posando en mi venta
era una sanjuanera anunciando la mañana ... "


O cuando alguien reconozca en la mujer, su mujer, a una:

" ... Cacica y heroína
eterna luz del día
flor de jardín y tizne de pasión

musa caprichosa prisión gloriosa
como los campos de lirios verdes
como la frenética danza
de las trescientas vírgenes ... "

El poemario que nos entrega hoy en nuestra ciudad el poeta Pineda, consta de siete poemas cortos. Las Mariposas de San Juan, es el poema central que da titulo a la obra. Les siguen: La Sanjuanera, La Mujer de San Juan, Los Aguaceros de San Juan, Los Sueños de Seboruco, Paisajes de mi Aldea Natal y Sanjuanero de San Juan.

El primer poema rescata para siempre aquella lluvia torrencial de mariposas multicolores que poblaron nuestra infancia ( ¡ Y que la modernidad asesinara!), tras las cuales corrían nuestros sueños, enseñándonos las primeras lecciones de libertad. Era el tiempo en que agarrábamos las mariposas por el gusanito con un hilo fino de carretel, muchas veces ayudados de nuestras madres y jugábamos con nuestra mariposa prisionera. En un extremo del hilo, sus alas y sus colores, en el otro, un nudito en un dedo egoísta y propietario. Acontecía, que a veces nos aburríamos y percibíamos que la mariposa no era feliz, y nosotros queríamos que fuera feliz, y de repente voluntariamente, soltábamos el hilo de nuestra mano y ella partía buscando espacio y luz, con su cola artificial. Fue el comienzo del aprendizaje del sentido de la libertad y la opresión.

"Paisaje de mi Aldea Natal", es un viaje a la infancia sanjuanera a través de la infancia del poeta. En este fragmento del poemario se prefiguran dos imágenes poéticas: La del adulto, esclavizado por el trabajo que lo dignifica, y la inocencia de la niñez siendo feliz con las cosas más sencillas de la naturaleza, como un baño en el río.

"Los Sueños de Seboruco", nos retrotrae a la prehistoria de San Juan. Nos ubica en el origen, en el génesis de la ciudad. Es el poema de la creación de San Juan. Allí está Liborio, sobre el poema, velando el sueño de la ciudad, como si acabara de decir: "! Hágase EI Hombre de Seboruco, y con él, la Sanjuanera Mujer!". Y empezaran a caminar la historia de su pueblo. Historia de cuatro mil años llena de cuevas y sombras. De silex y luz. De amor y parto:

" ... Cuando el hombre de Seboruco
sacó sus garras
primero soñó
después mató
comió lo matado
y guardó lo sonado ... "

... mientras las mariposas jubilosas rondaban los parques y volaban inocentemente.

El poeta, en versos sencillos, en los nombres-iconos que levanta, aprieta toda la historia de San Juan. Así, con sólo decir: Anacaona, Caonabo, Liborio, Cabral, nos sugiere toda la historia. Ya lo advierte el mismo poema:
" ... Todo lo que San Juan tiene
es anterior alas cosas que se hicieron es prólogo a la luz ... "
Nos está hablando de nuestro origen, de nuestro punto de partida, nos está hablando de El Hombre de Seboruco. Sabe como el que más que:

" ... EI Hombre de Seboruco
en San Juan guardó sus sueños ... "

Razón por la cual:

" ... Todos vienen a San Juan
a conocer los sueños que dejó guardados
EI hombre de Seboruco ... "

En realidad, "Las Mariposas de San Juan", es un solo poema, aunque su autor lo haya concebido fragmentado en siete poemas cortos. EI-poema representa, más que la historia de las mariposas de San Juan, la historia del mismo San Juan, de sus hombres y mujeres. Rescata nombres con protagonismo epocal como Marú, Leopoldo Figuereo, Juancito Ramírez, Cabo Cumbre, a "su propio padre", a Liborio, a Cabral, a Caonabo, a las "trescientas" vírgenes y doncellas sanjuaneras que cual reinas pasean su hermosura y simpatía por todas las páginas del poemario.
Las Mariposas de San Juan, es un poema sinfónico de una sola respiración, de un solo aliento. Desde el principio hasta el final, todos sus versos están armónicamente concatenados sin contradecirse entre si, haciendo uso de "las mariposas" como símbolo recurrente que motoriza la unidad. Todo lo que ocurre allí, acontece en un tiempo pasado que se presentiza por la magia del acto creador poético.

Es un libro con el corazón atravesado de nostalgia: Las abundantes lluvias del pasado, los millones de mariposas de Junio, ya idas. los arrozales y los muros del campo, los pájaros, sus tradiciones más sentidas, el baño en el río, donde dejamos la mala suerte y el quebranto, el desfile del día de San Juan, la coronación de la reina, y ese reciente descubrimiento nuestro, origen de toda nuestra historia: EI Hombre de Seboruco.

En resumen, Las Mariposas de San Juan, es un pequeño poemario que nos narra la gran historia de nuestra ciudad: San Juan de la Maguana.


(Puesta en circulación del poemario: La Mariposas de San Juan, de Rafael Pineda; Salón Caonabo, Hotel Maguana; San Juan de la Maguana Jueves, 3 de Mayo, 2007; 7:00 P.M. Presentación a cargo de Sobieski De León)



Presentación de obra Las Mariposas de San Juan


Por: José Enrique Méndez Díaz






Aprovechando el marco de la X Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2007, atendiendo la solicitud de nuestro amigo Rafael Pineda, Ministro Consejero de la Embajada de la República Dominicana en la República de China (Taiwán), queremos dar a conocer su Libro “Las Mariposas de San Juan”, obra poética que busca en el laberinto del alma del ser sanjuanero definir su identidad.

En la obra “Las mariposas de San Juan”, él sanjuanero Rafael Pineda dramatiza en versos la cohesión social, las solemnidades que abundan en los ritos solsticiales de las fiestas patronales de San Juan. Conocedor de los procesos comunicativos que engendra el ritual, reconstruye con palabras el imaginario de creencias y símbolos mentales, la simbiosis sanjuanera con su medio geográfico, con su religiosidad popular.

Imágenes asociadas como símbolos regresan a la memoria del poeta de la ciudad envejecida.
La Multiplicidad de significados de los versos de Pineda evocan las viejas emociones, los valores emotivos de la celebración de las Fiestas.

Las Mariposas, protagonistas históricas de junio proclaman con palabras y versos las tradiciones, inspiran la mujer sanjuanera, les hacen levantar las faldas y con ellas alzadas, cruzar los muros del arrozal.

Corre la mujer sanjuanera, en los versos de Pineda tras las mariposas de San Juan.

Con sus versos Rafael Pineda, encanta de alegría, ritualiza la ciudad, la tradición de los sueños, la pereza, el quebranto, las aguas benditas de San Juan.

El arco de Triunfo como símbolo, cobra significado en el interior del ritual de la coronación de la reina, en su cortejo triunfal.

A través de las fiestas de San Juan,
al paso de la reina
se aglomera la multitud
suena la banda municipal de música
la gente grita, aplaude
se expresa
genera su proceso de etnicidad.
La naturaleza es parte de la toma de conciencia de identidad
Por eso canta la cigua
Se alegra la madame sagá
Y las mariposas dueñas de la pequeña ciudad
Corren en bandadas
Sobre el magnifico Arco de Triunfo
el día que celebramos
al goce de atabales
entre papá Liborio y el Bautista
la fiesta de San Juan.

Acude Pineda al pasado desde el interior de sus poemas lucha por no perder el cordón umbilical con el núcleo originario del pueblo, con la vivencias de la mismas: las abundantes cosechas, sus inmensos ríos, sus cuevas, la cacica heroína, nuestros héroes victoriosos, Cabral con su espada y su victoria triunfal.

La Mariposa es aguacero, frenética danza, notas de acordeón poesía, buenas amantes,
y sobre todo para Rafael Pineda
un testimonio de su felicidad.


Disfrutemos Las Mariposas de Rafel Emilio, Las Mariposa de San Juan.


Abril 2007
X Feria Internacional Santo Domingo 2007

Palabras de presentación de la obra
Las Mariposas de San Juan

Presentación del libro






Por José Ramón Álvarez /

El autor de este libro, Rafael Pineda, ministro consejero de la República Dominicana en Taiwán me pidió unas palabras de presentación de su libro El general Cabral y la guerra patria–Santomé 1855, a lo que accedo gustoso.

Aunque no soy historiador, ni dominicano, me pareció interesante y enriquecedor preparar esta presentación porque no es algo normal que un extranjero presente un libro en Taiwán, ni mucho menos una persona de la comunidad hispanohablante, y mucho menos aún un miembro del cuerpo diplomático acreditado en Taiwán. Sin embargo, considero que en nuestro grupo de hispanohablantes es un acontecimiento no sólo interesante, sino importante. Es una ocasión de conocernos mejor. Los que compartimos un mismo idioma y unas mismas raíces culturales, a veces no nos conocemos bien. Es muy normal que un español, por ejemplo, conozca mejor Francia o Alemania, que un país hermano de Latinoamérica, y un latinoamericano puede quizás conocer mucho mejor Estados Unidos que España.

Como español y profesor de español en Taiwán, considero muy importante que rompamos este tradicional desconocimiento y hasta desinterés, sobre todo en estos tiempos en que nuestro idioma está adquiriendo una importancia ya internacional. Siempre animo a mis alumnos a que presten atención a las distintas variedades del español en todos los países donde se habla, y no sólo al español de España, ya que si hay unos 400 millones de hispanohablantes, los españoles sólo somos 40 millones. Para nuestros alumnos taiwaneses la posibilidad de usar su español en el futuro será, casi seguramente, con algún latinoamericano y no con un español. En este aspecto es muy satisfactorio ver la atención que la Real Academia Española está prestando al español en Latinoamérica. El nuevo diccionario del año 2001 ha incluido ya muchos americanismos, y el nuevo Diccionario panhispánico de dudas tiene en cuenta muchos usos propios del español de todos los países de América. Este interés por lo que es cercano, aunque no sea nuestro, es lo que me ha empujado a la presentación de este libro. `

El libro que aquí tenemos, fundamentalmente es la presentación de un personaje importante en la República Dominicana. Importante por varias razones:

1. Es un intelectual, que salió al extranjero para preparar su carrera.

2. Es un patriota, que volvió a su país cuando supo que la defensa de su tierra contra el invasor lo llamaba.

3. Es un militar modelo para los que dedican su vida a la defensa de la patria.

4. Es un político importante, que fue elegido dos veces presidente del país

5. Y es un héroe y modelo para todo dominicano que se precie de tal.

El autor, en este aspecto de mostrar al general Cabral como un modelo de integridad y patriotismo, lo contrapone muy finamente con los otros dos personajes importantes de la época, también generales: Santana y Buenaventura Báez, y en la comparación la balanza se inclina claramente del lado de Cabral. Es verdad que en la página 99 el autor no oculta lo que él llama “el error fatal del general José Maria Cabral”. Pero tal error, más político que personal, no mancha la trayectoria de toda una vida consagrada al país.

Por otro lado, el núcleo del libro, como su título indica, está dedicado a la batalla de Santomé, en la que los dominicanos se defendieron de la invasión de los haitianos, por enésima vez. Los antecedentes de esta batalla están bien presentados en el libro.

La isla que los indígenas llamaron Haití (tierra alta o montañosa) y también Quisqueya (madre de tierras) fue bautizada por Colón como La Hispaniola, que luego se castellanizó en La Española. Más tarde con el florecimiento de la capital, Santo Domingo, se llamó también a la isla con el nombre de aquella, y es el más conocido hoy día.

Santo Domingo tiene una relación muy íntima con la España colonizadora y sobre todo con Colón. El propio Colón, su hermano Bartolomé y su hijo Diego gobernaron en la isla durante muchos años. Hoy día aún tenemos la controversia de si los restos mortales del almirante se encuentran en Santo Domingo o en Sevilla.

De la isla salieron las primeras expediciones de conquistas hacia Cuba, México y el Caribe. Y fue en Santo Domingo donde empezó su trabajo apostólico y donde comenzó a forjar sus obras en defensa de los indígenas el famoso Padre Bartolomé de las Casas.

La parte occidental de la isla fue ocupada en 1640 por los franceses, que desde la isla Tortuga hacían continuas incursiones por toda la isla. Luego llegaron los esclavos negros y otras gentes muy diversas que se fueron estableciendo en el occidente de la isla llegando a constituir la nación de Haití, que ya en 1804 declaró su independencia.

En la parte oriental de la isla los dominicanos, ya desde los comienzos, sufrieron las continuas invasiones de los haitianos. Estas continuas invasiones y ataques (1844, 1845, 1849) están reseñadas en el libro, porque constituyen la raíz de las malas relaciones entre las dos naciones, y sobre todo el antecedente más claro de la gran batalla de Santomé.

En esta época, el general Pedro Santana, entonces ya presidente, elegido desde la independencia de la República Dominicana, en 1844, quería ceder la bahía de Samaná a los Estados Unidos. Esto causó gran miedo en Haití, que veía que así peligraría la isla. Formaron un gran ejército, y como comandante en jefe iba el autoproclamado emperador Faustine I, con un contingente de unos 13.000 hombres al mando de los mejores generales de Haití. Santana dio el encargo de la defensa a Cabral que se atrincheró en San Juan, y él se retiró a Azua. El ejército haitiano consideraba cosa fácil vencer la resistencia de Cabral para luego llegar a Azua y acabar luego tomando Santo Domingo. Pero la bravura de los dominicanos y la estrategia de Cabral, dio al traste con las pretensiones haitianas.

El autor del libro relata con detalle la batalla y los pormenores que la precedieron y siguieron, destacando el papel fundamental que Cabral desempeñó en ella y en la victoria final, que destruyó por completo al ejército haitiano. Esta fue la última invasión de los haitianos y el fin del emperador Faustine I.

En la página 128, se enumeran las 10 consecuencias importantes de la batalla de Santomé: 1. La reafirmación de la nacionalidad dominicana; 2. La consolidación de la República Dominicana como Estado soberano; 3. El fortalecimiento del gobierno de Pedro Santana; 4. El fusilamiento de los principales oficiales haitianos que participaron en la batalla; 5. El fortalecimiento de la moral de los combatientes dominicanos; 6. El ascenso a general de brigada del coronel Eusebio Puello; 7. El ascenso de soldados y oficiales dominicanos; 8. La impopularidad del emperador Faustine I, y su posterior derrocamiento; 9. La sepultura de las pretensiones haitianas de apoderarse de Santo Domingo; 10. El surgimiento del general José María Cabral y Luna como uno de los tres líderes más importantes de la nación.

Cierra el libro un capítulo interesante en que se cita una obra del general Máximo Gómez (Páginas dedicadas a mi hija Clemencia, Recuerdos, 1881) en que se comprueba claramente que participó en la batalla de Santomé, aunque entonces era aún muy joven.

Si tuviera que citar el mayor mérito de este librito -ya que es en realidad un libro corto y con un tema muy concreto-, yo se lo daría a todo lo que está implícito y supuesto en lo que narra, y que invita al lector a seguir leyendo e investigando más en muchos de los temas y personajes que toca. Un mal libro es el que se termina de leer y no se vuelve a retomar nunca y ni siquiera suscita interrogantes o curiosidades para seguir leyendo sobre el tema. Este libro que presentamos hoy es un buen libro precisamente porque suscita muchas preguntas por saber más, por conocer, por qué sucedieron esos hechos y por seguir buscando y leyendo en otros libros sobre la apasionante historia de la isla Santo Domingo. Para ello el autor nos ofrece una selecta Bibliografía en la que poder seguir conociendo y abriendo nuevas puertas al acercamiento a la historia de la República Dominicana y a su héroe, el general José Maria Cabral y Luna.

Felicito al autor por su obra y espero que sea muy bien acogida por los lectores y que tenga una amplia y abundante difusión tanto en su país como aquí en Taiwán.

Muchas gracias por su atención.

El autor es profesor del Departamento de Español de la Universidad Fujen, Hsinchuang, Taipei, Taiwán.



PALABRAS DE RAFAEL PINEDA

EN EL ACTO DE PUESTA EN CIRCULACIÓN DEL LIBRO

EL GENERAL CABRAL Y LA GUERRA PATRIA – SANTOME 185

TAIPEI, Taiwán
- Cuando empecé a investigar sobre La Batalla de Santomé encontré episodios muy originales que no se habían producido en otras batallas durante la lucha por la Independencia de los países americanos.



Pero sobre todo, encontré algo que me llamó poderosamente la atención, digno de un análisis más profundo: la conducta ejemplar e intachable de un general que por fuerza de necesidad tuvo que ser ejemplo para los militares de su época, y debe serlo para aquellos de los tiempos modernos.

El general José Maria Cabral, quien no solo demostró una vez mas que era un hombre guapo (como decimos en la Republica Dominicana para definir a los valientes), sino capaz de asumir una conducta honrada, decidido a vivir con los medios que tenia a su alcance aunque fueran escasos, sin hacer uso del poder para arrebatarle lo que le pertenecía a otros, como era lo común en aquellos tiempos de formación del caudillismo. Se comporto con humildad dentro y fuera de la turbulencia de la guerra.

Luego investigue su trayectoria publica y vi que había aceptado un puesto de inspector regional de agricultura, después de haber librado a la nación de las amenazas de sus enemigos, de habérsele declarado héroe nacional, de haber sido ministro de guerra y marina, ministro de interior y policía, portador de la Espada del Honor concedida por el senado de la Republica y de haber ocupado la presidencia por mas de una ocasión.

Siendo jefe de los Ejércitos del Sur, vivió en San Juan en una casa sin abundancia ni boato, al mismo nivel de cualquier ciudadano decente. No se le conocieron aserraderos ni prácticas reñidas con la preservación del bosque para acumular riqueza, como también era común entre líderes de su época y condición.

Vi que cuando enfrentó en combate al fugitivo expresidente haitiano Silvain Salnave, venciéndolo en una audaz escaramuza escenificada próximo a Barahona, lo entregó al presidente del vecino Haití, Saget, quien oferto pagarle una fuerte suma de dinero como recompensa por haber capturado a quien, después de ser derrocado, había cruzado la frontera perseguido por sus acciones reñidas con el régimen democrático.

Cabral rechazó el ofrecimiento económico, demostrando que no actuaba movido por intereses materiales, sino solamente por la motivación patriótica que lo había impulsado a dejar sus estudios comerciales en Europa cuando supo el estallido de la lucha por la separación de Haití.

Haití y la Republica Dominicana comparten una misma isla pero son dos naciones completamente distintas, lengua diferente, cultura diferente, religión y origines contradictorios. De modo que aparte de la condición de vecino insular no había elementos de identidad nacional, sociológicos o filosóficos que identificaran a ambas naciones.

La historia de la Republica Dominicana es diferente a la de los demás países de Hispanoamérica: mientras la independencia de los segundos se produce contra España, la del primero se produjo en contra de su vecino, Haití, en el 1844, y solo en el 1863 en contra de España.

Dos destacados munícipes, Antonio Paulino, banquero y dirigente del Club Rotario, e Iván Ramírez, en ese momento Gobernador de la provincia y desde esa posición se afanaba en promover los fundamentos de este capitulo de la historia, ejercieron influencia en mi para que participe junto a ellos como organizador en los actos de homenaje y culto a esa estrella libertaria.

Una vez que me sentí identificado con la trayectoria intachable de José Maria Cabral, y de haber investigado su vida a partir del momento en que se embarco de Europa para Santo Domingo a participar en la guerra patria, procedí a indagar sobre cada uno de sus hechos como militar y como civil. Y luego, a investigar lo que se ha escrito, lo que se dice y se discute cada 22 de diciembre sobre la batalla que lo proyecto hasta llegar a ser la primera figura política de la Republica Dominicana en su momento, mediados y finales del siglo XlX.

Ya había publicado como separata una investigación que intitulo Batalla de Santome, Causas y Consecuencias, que incluyo, corregida y ampliada, en este volumen.

El año 2005 inicie la investigación final. Fue, durante mi estancia de un año y medio aquí en la ciudad de Taipei, donde le di conclusión, recaudando el apoyo de mis amigos en la República Dominicana que, como en el caso del investigador Ike Méndez, el profesor Roberto Rosado y Félix Caamaño, me mandaron fotografías y documentos complementarios.

Precisamente uno de los meritos de este libro, creo, viene a ser la inclusión de una amplia iconografía del general y de algunos miembros de su familia, como sus nietas Rossete Cabral Ramírez y Teresa Bompensier Cabral.

Una persona fundamental en la elaboración y recolección de esta iconografía lo fue sin duda el arquitecto y pintor Rafael Morillo, un amigo de la infancia con quien había trabajado este mismo tema en ocasión anterior. Le solicite que me dibuje un retrato del héroe, y con la velocidad del rayo me hizo dos dibujos que son la viva imagen, uno de ellos lo representa en el campo de batalla, el cual utilice colocándolo como imagen de portada y fragmentariamente en la pagina 89. El otro dibujo aparece en la pagina 14 y un fragmento en la numero 33.

Publicar el libro en Taipei fue difícil. Consulte varias editoras. En principio se negaban a imprimirlo debido a que no entendían el idioma. Su trabajo lo hacen en mandarín. Argumentaban, con razón, que no podían imprimir el libro sin entender lo que estaban haciendo, sin poder corregir cuando se presentara algún problema. En mandarin, la escritura española del texto no se entendía ni al derecho ni al revés.

Después contacte a la editora Copy City, donde aceptaron el reto. Allí se hizo el trabajo, con paciencia por las correcciones que hubo que hacer y por las fotografías que llegaron de San Juan el último momento. Hoy, este es el producto. Un libro que narra como los haitianos fueron expulsados definitivamente en su último intento por apoderarse, con el uso de la fuerza, de la Republica Dominicana, en la batalla más sangrienta librada hasta nuestros días en la región del Caribe.

La Republica Dominicana, situada en la parte oriental de la isla de Santo Domingo, llamada también isla La Española, había sido invadida en 1801 por las tropas de Tousaint Louverture.

En 1805 por las tropas de Jean Jacques Dessalines.

Y en 1822 por Jean Pierre Boyer.

Con esta ultima invasión, los haitianos cerraron las escuelas, la primera universidad fundada en el Nuevo Mundo, e incentivaron el caos, la pobreza.

Fue el año 1844 cuando el joven Juan Pablo Duarte, fundador del primer partido político con el nombre de Sociedad Secreta La Trinitaria, organizo al pueblo, promovió la sublevación e inicio la guerra contra los invasores expulsándolos y fundando la Republica el 27 de febrero de ese año.

Es aquí cuando entra en acción José Maria Cabral y Luna. Quien en ese momento era un joven que se preparaba para un mejor futuro, estudiando comercio en Londres. Abandono la carrera y se embarco para Santo Domingo a integrarse a la lucha liderada por Juan Pablo Duarte.

Los haitianos se fueron por la fuerza pero regresaron en otras tres ocasiones intentando quedarse de nuevo. Pero las tres veces fueron obligados a huir, barridos por tres

Campañas militares lanzadas por los patriotas.

Esas campañas fueron lanzadas en marzo del 1844; enero del 1845; febrero del 1849.

En todas estuvo presente José Maria Cabral.

Seis años después los haitianos hicieron un nuevo intento por pisotear la soberanía dominicana y desde el 10 de diciembre del 1855 lanzaron la denominada Cuarta Campaña de Souluque, encabezada personalmente por este, quien se autoproclamo Emperador y asumió el nombre de Faustin l.

El poderoso ejército choco con una muralla en San Juan: la resistencia encabezada por José Maria Cabral, quien lo derroto, y al mismo tiempo se consagro como figura no solo militar, sino política, siendo merecedor de los honores del público.

No solo se destaco en la lucha contra los haitianos, también contra España.

Aunque parezca extraño, después de independizarse de Haití, Republica Dominicana paso a ser, nueva vez, colonia española, al ser proclamada la anexión por el general Pedro Santana. Cosa que disgusto a Cabral dedicándose con toda la fuerza de su alma a combatir a España, formando parte del núcleo restaurador que lidero Francisco del Rosario Sánchez.

Sánchez fue apresado y fusilado, pero otros patriotas, Cabral entre ellos, recogieron su bandera y avanzaron contra España hasta alcanzar la victoria y restaurar la Republica.

Otro aspecto que considero importante en este libro es el que refiere detalles de la participación en la Batalla de Santome, de uno de los más grandes militares de la región del Caribe: Máximo Gómez, quien voluntariamente se reporto al servicio militar obligatorio. Posteriormente marcho a Cuba, encabezando las campañas por la independencia de ese país; allí obtuvo el titulo de Generalísimo.

Máximo Gómez escribió: mi bautismo de sangre lo recibí en los campos históricos de Santome, la más extraordinaria a la vez que decisiva función de armas contra las huestes haitianas.

En el clima de libertad, de amplia democracia participativa que disfrutan la Republica Dominicana, los Estados del Caribe, Centro y Sudamérica, ese militar honrado, dedicado a salvaguardar el interés legitimo de la nación, constituye un paradigma, un ejemplo de hombre y soldado, digno de ser imitado por quienes dirigen hoy, y por aquellos que aspiran a dirigir mañana.

Este acto de lanzamiento del libro EL GENERAL CABRAL Y LA GUERRA PATRIA-SANTOME 1855, celebrado en la víspera de cumplirse el 22 de diciembre los 151 años de la epopeya, es un homenaje que dedico, no solo a mi país, la Republica Dominicana, sino a ese héroe grandioso, José Maria Cabral. Pero más que nada, a mi pequeño pueblo de San Juan, escenario de tantas luchas, y de tan extraordinaria batalla.

Agradezco profundamente las finas atenciones que me han dispensado la Excelentísima señora Annette Lu, vicepresidenta de la Republica de China; a Su Excelencia James C. F. Huang, Canciller de la Republica de China; a Su Excelencia Sr. Hou Chin San, vicecanciller, quienes nos han honrado enviándonos estas preciosas canastas de flores; y a los honorables Simón Ko, director general del Departamento de Centro y Sudamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores, por su encomiable discurso en este acto, y a Julián Huwan, jefe de sección.

Agradezco también la presencia de los honorables señores embajadores, los miembros del cuerpo diplomático, estudiantes y público en general.

Taipei, 6 de diciembre del 2006

Año del 151 aniversario de La Batalla de Santomé.

EL GENERAL CABRAL Y LA GUERRA PATRIA – SANTOME 1855

Palabras del Embajador de la República Dominicana en Taiwán Víctor Sánchez



PALABRAS DE RAFAEL PINEDA EN EL ACTO DE PUESTA EN CIRCULACIÓN DEL LIBRO



Sucesos y Crónicas: EL GENERAL CABRAL Y LA GUERRA PATRIA-SANTOME 1855
Según Víctor Sánchez, Embajador de la República Dominica en Taiwán, “escribir la historia de un país no es fácil, sobre todo la historia de la batalla más importante de la República Dominicana”.

El país caribeño ha tenido muchas luchas con distintos imperios, el inglés, el francés, el español para lograr la independencia en 1821 (Gran Colombia). La independencia de 1821 logrado por Núñez de Cáceres también es conocida como una independencia efímera ya que luego fue ocupado por los haitianos durante 21 años en Santo Domingo.

Con el objetivo de que los taiwaneses y los hispanohablantes conozcan una poco más sobre el aspecto histórico del país caribeño, el Ministro Consejero de la Embajada de la República Dominicana, Rafael Reyes Pineda publicó el libro llamando EL GENERAL CABRAL Y LA GUERRA PATRIA-SANTOME 1855 en Taiwán.